Fragmentos que invitan a la reflexión sobre nuestra amorosa compañía y adoración a la Sagrada Eucaristía
Deseamos hacer nuestras estas palabras que aparecen en el Manual del Jubileo Circulante para que así ustedes realicen con mucho cariño esta Celebración.
“ Hemos podido presenciar con íntima satisfacción el esplendor y solemnidad con que algunos Párrocos han celebrado este solemne Triduo Eucarístico, a pesar de la notable pobreza de sus Iglesias y feligreses, quienes acudiendo a su llamado, se han dado cita para acompañar a Nuestro Señor Sacramentado durante la celebración del Jubileo.”
Hacemos el mismo reconocimiento a las Religiosas.
“ Oculto bajo los accidentes de pan y vino, la fe nos dice que está Nuestro Señor Jesucristo real y verdaderamente presente como está en el Cielo. El entendimiento humano es incapaz de comprender esta prueba de amor infinito del Hijo de Dios hacia los hombres, a cuya disposición se pone para recibir nuestras súplicas y presentarlas ante el trono de la Augusta Trinidad. Por eso el culto de la Divina Eucaristía es y ha sido siempre en la Iglesia Católica el objeto de su más devota predilección. Puede decirse con propiedad que en Ella se concentran los homenajes que tributa a Dios nuestra santa Religión.”
“ Si nosotros queremos regenerar este mundo de tanta corrupción, sensualidad, odios, rencores y ambiciones humanas, volvamos los ojos a Jesús Sacramentado, constituyéndonos en sus más asiduos, fervientes y constantes adoradores. Así aprenderemos a conocerlo y amarlo : y ese Amor Divino inflamará nuestro corazón en un santo celo de difundir su conocimiento y amor en las demás almas y de hacerlo reinar en los hogares, en la sociedad, en las instituciones, en las Naciones enteras, produciendo este reinado la paz verdadera y sólida que tanto necesita el mundo y que en vano se esfuerza en buscarla fuera de su verdadero principio que es Cristo según el lema de Su Santidad Pío XI: La Paz de Cristo en el Reino de Cristo. “
Fragmentos de la Carta de S. S. San Juan Pablo II sobre el misterio y el culto de la Santísima Eucaristía, 1980, “ Dominicae Cenae”, en donde nos recuerda la adoración de Jesús Sacramentado fuera de la Santa Misa.
1032...........................” Tal culto, tributado así a la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, acompaña y se enraíza ante todo en la celebración de la liturgia eucarística. Pero debe asimismo llenar nuestros templos, incluso fuera del horario de las misas. En efecto, dado que el misterio eucarístico ha sido instituido por amor y nos hace presente sacramentalmente a Cristo, es digno de acción de gracias y de culto. Este culto debe manifestarse en todo encuentro nuestro con el Santísimo Sacramento, tanto cuando visitamos las iglesias como cuando las sagradas especies son llevadas o administradas a los enfermos."
"1033 - La adoración a Cristo en este Sacramento de amor debe encontrar expresión en diversas formas de devoción eucarística: plegarias personales ante el Santísimo, horas de adoración, exposiciones breves, prolongadas, anuales (las cuarenta horas), bendiciones eucarísticas, procesiones eucarísticas, Congresos eucarísticos. A este respecto merece una mención particular la solemnidad del Corpus Christi como acto de culto público tributado a Cristo presente en la Eucaristía, establecida por mi predecesor Urbano IV en recuerdo de la institución de este gran misterio. Todo ello corresponde a los principios generales y a las normas particulares existentes desde hace tiempo y formuladas de nuevo durante o después del Concilio Vaticano II."
" La animación y robustecimiento del culto eucarístico son una prueba de esa auténtica renovación que el Concilio se ha propuesto y de la que es el punto central. Esto venerados y queridos hermanos, merece una reflexión aparte. La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este Sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las graves faltas y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración.”
Escuchemos el grito de amor de Santos a Jesús Sacramentado:
-" ¡ El Amor no es amado ! " : San Francisco de Asís.
- "Cristo, ese loco de Amor, me ha vuelto loca" : Santa Teresa de los Andes.
- "Jesús está aquí : ¡ todos a Él ! " : San Pedro Julián Eymard, Fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento. (Sacramentinos)
- " ¡ Ahí está Jesús ! ¡ ahí está ! ¡ no lo dejéis abandonado! " : San Manuel González García. Obispo de Málaga y Palencia. Se le conoce como el Apóstol de los Sagrarios abandonados.
Transcribimos párrafos de un documento del 26 de Noviembre de 1980 de la Conferencia Episcopal de Chile: Mensaje sobre el Congreso Eucarístico.
"2. La Oración ( ..............................................)
Sigamos orando. Oremos más. Que nuestras comunidades sean más contemplativas. Hacer un poco menos, pero orar mucho más. Entonces, lo que se hace es mejor, hace más bien. La oración nos da paz, equilibrio interior, fortaleza para trabajar y luchar, paciencia para sufrir y alegría para vivir. Cuando oramos, no actuamos nosotros, actúa a través de nosotros el mismo Dios."
"5. La Eucaristía(......................................)
Les expresamos nuestro deseo que todos participen en la Misa Dominical en su comunidad. Que comulguen con frecuencia, siempre con la conciencia limpia y recurriendo, cuando sea necesario, al Sacramento de la Penitencia. Y que adoren la presencia real de Cristo en su Eucaristía, mediante vigilias de oración, exposición y bendición del Santísimo Sacramento, y otras formas de oración, - como la Adoración Nocturna - que la devoción del clero y de los fieles sabrá encontrar.
(.................................)"
La Eucaristía ( www.corazones.org/sacramentos/eucaristia/a_eucaristia.htm)
Es misterio, es Sacramento, es Sacrificio.
Como misterio, se cree..................................
Como misterio, anonada............
Como misterio, es admirable............
Como sacramento, es presencia real.............
Como sacrificio, es valiosísimo..................
Es Sacramento de amor. Debo amarlo.............................
¡Oh Misterio Adorable! El Sagrario será mi refugio.
¡Oh Sacramento Dulcísimo! Comulgar será mi mayor deseo.
¡Oh Sacrificio Estupendo! La Misa será mi prioridad de vida.
"Jesús, nuestra Majestad, en la Hostia ha apagado Sus rayos y sólo quedan en Ella los encantos de la dulzura, de la ternura y de la humildad.
El Espíritu Santo, al penetrarnos con su Amor, con este mismo Amor nos hace amar a Dios Padre y a Dios Hijo. Jesús nos da su Amor para que lo amemos, nos ama con Divino Amor y nos pide reciprocidad. Jesús nos dice: " te amo tanto, que morí por ti en la Cruz", y ante tan grande Amor, sólo queda amar, ya que el Amor con amor se paga.
No cesemos de ofrecer el testimonio de fe, de respeto, de reconocimiento y de amor."
Extractos de la Carta Encíclica de nuestro Santo Papa Juan Pablo II: "Ecclesia de Eucharistia" , 17 de abril, Jueves Santo del año 2003. La cual la dedica a todos los católicos y en ella nos habla sobre la Eucaristía en su relación con la Iglesia y la inicia así: " La Iglesia vive de la Eucaristía."
" La Eucaristía es un tesoro inestimable; no sólo su celebración, sino también estar ante ella fuera de la Misa, nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia"
" La Eucaristía, presencia salvadora de Jesús en la comunidad de los fieles y su alimento espiritual, es de lo más precioso que la Iglesia puede tener en su caminar por la historia"
" La participación devota de los fieles en la procesión eucarística en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo es una gracia de Dios, que cada año llena de gozo a quienes toman parte en ella"
" El culto que se da a la eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia.(..............)Corresponde a los Pastores animar, incluso con el testimonio personal, el culto eucarístico, particularmente la exposición del Santísimo Sacramento y la adoración de Cristo presente bajo las especies eucarísticas.
Es hermoso estar con Él y, reclinados sobre su pecho como el discípulo predilecto ( cf. Jn 13,25), palpar el amor infinito de su corazón. Si el cristianismo ha de distinguirse en nuestro tiempo sobre todo por el "arte de la oración" , ¿cómo no sentir una renovada necesidad de estar largos ratos en conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento? ¡Cuántas veces, mis queridos hermanos y hermanas, he hecho esta experiencia y en ella he encontrado fuerza, consuelo y apoyo! ".